jueves, 21 de abril de 2022

Dominó

Sol va a sacar un libro nuevo, y me lo tengo que comprar yo. Yo, y no vos, me voy a regalar ese libro. Los anteriores me los regalaste vos, pero este tengo que comprármelo yo.

Y así, uno por uno, van cayendo como dominós todos los planes que teníamos, junto a las costumbres que ya no vamos a tener. Los conejos que ya no vamos a adoptar, el restaurante al que nunca fuimos a ver qué onda la comida vegana, esa pizza que ya no vamos a probar juntos. Los parlantes holofonicos, las vacaciones, el concierto de Taylor Swift al que nunca fuimos ni iremos. La camiseta de River que jamás llegué a comprarte, la campera que nunca me regalaste. La muestra de Van Gogh a la que no fuimos, los museos que nunca visitamos. Los últimos capítulos de Lost que no terminamos de ver. Los videos graciosos de perritos y gatitos que ya no me vas a compartir. Los poemas que me quedé con ganas de dedicarte. El bowling al que ya no me vas a llevar a jugar con los bumpers puestos, el bar al que no vamos a volver juntos a tomar un gin y una caipi de frutos rojos, el arroz que ya nunca más me vas a cocinar. Los stickers de conejitos y gatitos que ya no nos vamos a mandar antes de irnos a dormir. Las madrugadas que ya no vamos a pasar juntos mirando Los Simuladores. Los chistes internos que vamos a ir perdiendo. Las fotos de mi gato que ya no te voy a mandar, la suerte que ya no me vas a desear antes de rendir un parcial. Los besos que ya nunca más nos vamos a dar. El “cómo te fue?” que ya no te voy a volver a preguntar después de que juegues un partido. Las horas que ya nunca más vamos a pasar juntos. Los abrazos que no vamos a volver a darnos. Las películas románticas que ya no te voy a obligar a que miremos. Las papas fritas con barbacoa que ya no vamos a compartir en ese bar de mala muerte. Los vinos y torpedos de limón que ya no vamos a compartir en tu cama. Los pepinillos que ya no vas a robar de mi heladera. Los apodos que ya no nos vamos a decir. El viaje a Uruguay que nunca vamos a concretar. La última papa frita que ya no vas a cortar a la mitad para dármela a mi también. Las regrabaciones de los álbumes de Taylor que ya no te voy a obligar a escuchar conmigo toda la noche. Las películas que ya no vamos a ir a ver al cine juntos. El restaurante árabe al que ya no vamos a ir a comer falafel y papas con hummus. El golden retriever que ya no vamos a adoptar juntos.

¿A dónde irán a parar estos planes? ¿Los llevaras a cabo con otra persona? ¿Los llevaré a cabo yo con otra persona? ¿Se los llevará el viento? ¿A dónde van a parar todos los “te amo” que ya nunca me vas a volver a decir? ¿Dónde están yendo todos los “te extraño muchísimo” que ya nunca te digo? ¿Dónde se supone que tengo que depositar todo el amor que aún siento que te tengo? ¿Se lo llevará el viento algún día? ¿Me dolerá o se sentirá mas bien como un largo suspiro de relajación?

Uno tras otro veo caer los dominós de nuestra historia. Y quise impedirlo, pero ya era tarde: vos ya habías decidido hacia rato que no querías jugar más. O que querías cambiar de juego. O de compañera. Y entonces me convertí en tu contrincante, y me vi a mi misma intentando con todas mis fuerzas detener la caída de los dominós. Pero mientras yo intentaba que uno no se caiga, vos tirabas tres más.

Y yo sé que yo fui la primera en hacer tambalear el tablero...

pero vos lo pateaste.

Posdata: me compré el nuevo libro de Sol. Y me hubiera gustado que este también me lo regales vos.

Posdata 2: ya sé que el domino no se juega en un tablero.

Posdata 3: te extraño, aunque me hayas lastimado, y aunque quisiera ya no hacerlo. Posdata 4: todavía te quiero, aunque me hayas lastimado, y aunque quisiera dejar de hacerlo.

lunes, 18 de abril de 2022

Te extraño-
Te extraño tanto que no encuentro palabras para describir lo mucho que te extraño. Nos extraño.
¿Nos extrañas? ¿Me extrañas?
No lo suficiente, no? No tanto como para dejar de verla a ella. No tanto como para darme una oportunidad. No tanto como para darnos una chance. No tanto como para dejar el orgullo de lado y venir a mi casa con flores a decirme que me amas a pesar de que fui una pelotuda y que queres perdonarme y que arreglemos todo, no? No tanto. 
No lo suficiente.
"Sos suficiente", me dijiste una vez en Enero, te acordas?
Pero era mentira. Todo fue mentira. Lo mucho que me quisiste también, no?
Digo, porque si no lo fue, no hay lógica. No encuentro sentido en que estés tan bien. En que me hayas reemplazado en dos meses. Como si nada. En que no hayas ni una vez atinado a decirme que me extrañas y que tu vida no es lo mismo sin mi. Que extrañas pasar 5 días seguidos conmigo, y que extrañas a mi gato, y que extrañas nuestras meriendas y ver películas y nuestras cenas y nuestros besos y abrazarme. Si realmente me amaste, estarías extrañando todo esto tanto como yo. Pero no lo haces, no? Eso siento. Y si lo haces, ¿por qué no decirlo? ¿O demostrarlo?
Todos los día intento convencerme de que ya es tarde. De que ya me perdiste. De que no quiero volver. De que no te perdono.
Pero, ¿a quién quiero engañar?
Te elegiría una y otra vez. Pero ese es el problema, supongo.
Que vos a mí no me elegis ni una vez.

Ni una.

martes, 12 de abril de 2022

Ojalá el 12 de abril de 2019 me hubiera quedado en mi casa durmiendo. Ojalá no hubiera comprado esa maldita entrada a la Fiesta Bresh. Ojalá no hubiera tenido ganas de salir. Ojalá no nos hubiesemos mirado. Ojalá no me hubieras respondido de qué sabor era el jugo Cepita. Ojalá no me hubieras compartido un cigarrillo. Ojalá no te hubiera dado un beso. Ojalá no te hubiera pasado mi número.

Ojalá no me hubieras lastimado tanto.
Ojalá no te hubiera lastimado.
Ojalá hubieras perdonado.
Ojalá no te hubiera conocido.
Ojalá pudiera volver a sentirme como me sentía antes de conocerte.

Ojalá no nos hubiesemos conocido nunca.

domingo, 10 de abril de 2022

Castillos de arena

Fuiste derrumbando uno por uno todos mis castillitos de arena. Todos los que armé para vos. Los decoraba, les ponía banderitas, me aseguraba de construirlos lo suficientemente cerca del agua para que la arena pueda manipularse facilmente pero lo suficientemente lejos para que el agua no los derrumbe. Pero no importaba: igual los derrumababa vos. Uno por uno.
Una y otra vez revoleé los baldes y las palitas y me dije que ya basta, que iba a parar de construirte castillitos. Una y otra vez tracé y te mostré mis límites, y una y otra vez te dejé que los pases por encima, como si estuvieses borrando líneas que dibujé con lapiz en un papel. Una y otra vez nos paramos detrás de una linea y te dije que estabas a punto de cruzarla, esperando que des media vuelta y camines hacia el otro lado. Pero no. Vos las cruzabas. Entonces yo decía "bueno, está bien, pero esto sí que no", mientras dibuajaba una línea más adelante. Una línea que también cruzabas. Un límite que pasabas. ¿Cuál es tu límite? Digo, ¿hasta dónde vas a llegar? ¿Cuánto más vas a seguir cruzando mis límites y lastimandome? ¿Cuándo me vas a pedir perdón? ¿Algún día reconoceras que tendrías que pedirme perdón?
¿No tuviste suficiente ya? ¿No sufrí lo suficiente? ¿Realmente no te das cuenta que ya está?
Ya está. Ya basta. Ya entendí. Y te entiendo, pero basta. Basta, por favor y en serio. Yo no me merezco esto. Y entiendo, de verdad que si, que vos pienses que quizás un poco lo merezco. Yo también lo pienso a veces, te confieso, cuando la culpa me gana y se me cuela en los pensamientos y me siento la peor persona del mundo y me odio y lloro y me odio. Pero ya basta. No puedo seguir así. No puedo cambiar lo que hice, lo que soy. Soy esto. Y soy mucho más que lo que hice. Y, dammit, vengo construyendo castillitos de arena hace meses demostrandote lo que soy. Hace tres años. Si a estas alturas no podés ver que soy mucho más que eso, es problema tuyo, no mío. Yo no me merezco esto. No.
No me merezco esto. Merezco a alguien que respete mis límites. Merezco a alguien que mire mis castillitos de arena y les saque fotos y me abrace y me diga que son lindos y les ponga una hojita arriba simulando una banderita.
Merezco (y quiero) a alguien que construya castillitos de arena conmigo.

Metete estos baldes y estas palitas en donde te quepan. 

miércoles, 30 de marzo de 2022

lo más difícil de dejarte ir
y de irme

es darme cuenta que vos ni siquiera queres quedarte

ni que yo me quede 

lunes, 21 de marzo de 2022

es la quinta vez en lo que va del mes que me prometo a mi misma que "no voy a demostrarte más nada"; que voy a dejar de decirte que te quiero o que te extraño o que tengo ganas de verte o que en ese momento tengo ganas de estar con vos tirada
            no por haber dejado de sentirlo; si no por darme cuenta que vos ya no lo sentis

sé bien cómo se siente y cómo es ser amada, extrañada, y querida por vos
sé bien cómo actuas cuando tenés interés en alguien (en mi)
y por ende y por desgracia (o tal vez por suerte, porque nada te salva más que darte cuenta a tiempo) sé bien reconocer cuando no es así. y yo siento, genuina y objetivamente, que ya no me queres, ni me extrañas, ni te interesa si nos vemos o no, ni sentis ganas repentinas de estar acostado conmigo abrazadome, o de nada en particular conmigo. ya no sentis nada por mí. es obvio. se nota a kilómetros de distancia.

y me cansé de esperar que se te escape un "te extraño", un "te quiero", un "qué ganas de estar con vos ahora mismo que tengo", o un "tengo ganas de verte". o algo. cualquier cosa. cualquier mínima cosa. y es obvio que no va a pasar, que esperar es en vano, porque no lo sentís. yo sí, y por eso lo digo.

y es que no hay nada más triste en esta vida, creo yo, que no ser correspondido

y no puedo prometer no sentir más lo que siento: no puedo simplemente dejar de extrañarte o de quererte. pero sí puedo prometer dejar de demostrar mis sentimientos

hasta que un día, tal vez, ya no estén


lunes, 14 de marzo de 2022

miércoles, 9 de marzo de 2022

Cansa

Estoy cansada. De vos, de mi, de todo. Cansada. De nosotros. Y ni siquiera sé cuál nosotros. No queda nada de lo que alguna vez fuimos. Retazos sueltos de algún que otro momento, que encuentro en alguna que otra risa. Eso es todo.

Solía encontrar paz entre tus brazos y certeza en tus palabras. Ahora solo siento tristeza. Y pena. Y miedo, en parte. Y si me preguntas, “miedo a qué?” te respondo, “a perderte.” Pero ya te perdí, no? Hace tiempo, creo. Y, creo, me está costando aceptarlo, o asimilarlo. Y quizás también a vos, no? Pero se nota, y mucho. Y se notan (muchísimo) mis esfuerzos por intentar salvar lo insalvable. Remontar lo irremontable. Evitar que el titanic se hunda. Y no estoy diciendo que la situación o nuestro vínculo es insalvable. Para nada. Es solo que yo no puedo salvarlo sola. Ni remontarlo sola. Ni girar el timón sola. Y no es que vos estés manejando directo hacia el iceberg. Es más bien como si, viéndolo a lo lejos, no sos capaz de girar el timón diez centímetros a la derecha para evitar el choque. Y quizás lo giras cinco. Pero no alcanza…. No alcanza, y yo no puedo hacerlo sola. Y no me quiero hundir. Tampoco quiero saltar del barco. Entonces, qué hago?

Me da bronca, sabes? Porque todo lo que alguna vez fuimos esta acá, a la vuelta del timón. Es tan simple como poner voluntad. Pero no lo haces. Por orgullo, o por la razón que mierda sea. Y me da bronca. Y me duele. Porque solías hacerme sentir que siempre ibas a luchar por mi. Pero ya no lo haces. Y más aún que triste y enojada, me hace sentir cansada. Cansa luchar por alguien que no parece interesado en que lo hagan. Cansa dar y recibir migajas. Cansa sentirse una molestia. 

Cansa. 


lunes, 7 de marzo de 2022

a veces te extraño tanto que me desgarraría el cuerpo y me arrancaría el corazón y lo tiraría de una patada al río luján

a ver si así se me pasa un poquito

(spoiler: no)

martes, 22 de febrero de 2022

:(

Casi te mando que te extraño. Pero no lo hice. No porque no te extrañe. Bah, no lo sé. ¿Realmente puedo extrañarte si te vi antes de ayer? Y si, antes de eso, te había visto hacía dos dias? Es ridiculo. No sé bien si te extraño o que. Quizás no, o quizás si pero ya me acostumbre. Supongo que extraño estar con vos. Quisiera estar con vos ahora. Eso si, eso seguro. Haciendo nada en particular. Simplemente estar. Pero no te lo voy a decir. ¿Para qué? Antes de ayer, a la noche, te dije “Me gustaría estar arropada con vos ahora” y espere, en vano, que me digas que vos también. Que quisieras dormir conmigo. Que esté ahí con vos. Como otras veces me dijiste…. pero ya no. Quizás se te está pasando. Quizás me estás superando. Quizás dejas de sentir lo mismo.

Si es así, ojalá me pase lo mismo entonces.

Ojalá un día me despierte y me de cuenta que ya no tengo ganas de decirte te extraño, porque ya no lo siento. Ojalá algún día me despierte sin extrañarte.

domingo, 20 de febrero de 2022

Un domingo de mierda.

Es domingo. Es domingo y está lluvioso. Por supuesto que soñé con vos, y me desperté con ganas de decirte que vengas a pasar el día acá. Que quiero pasar el día con vos, recostada en tu pecho y mirando películas. Que quiero dormir con vos y que me acaricies el pelo y que me des besos en la frente. Que quiero abrazarte y decirte lo mucho que te quiero y que me lo digas vos también. Que quiero que nos riamos de estupideces y… Bueno, eso.

Es que extraño recostarme en tu pecho y que me acaricies el pelo, y que me llenes de besos. Extraño nuestros domingos juntos, y extraño esos días de frío enredando mis pies helados entre tus piernas, pidiendote que me arropes y me traigas algo de tomar y vengas con un vaso de coca y un chocolatito. Extraño llenarte de besos y que te quejes, y que vengas y me abraces y me digas que me queres. Extraño absolutamente todo, todo el tiempo.

Pero no me lo permito. Lo entierro lo más profundo que puedo, porque no tiene sentido. Porque te veo todo el tiempo. Y porque de todas formas de nada sirve extrañar todo esto si vos no lo haces. Y no lo haces. O no lo suficiente como para volver a eso. Y lo entiendo. Recuerdo yo haberte dicho eso mismo a fines de mayo del año pasado. Entonces solo me queda esperar. ¿Esperar vendrá de esperanza? ¿O será al revés? No lo sé, pero espero porque tengo esperanza. Porque leo lo que te decía yo y leo lo que digo ahora y no puedo evitar sentir esperanza de que te pase lo mismo. De que el tiempo, como con casi todo, ayude. De que extrañes lo suficiente para querer volver. Como me pasó a mí, ¿te acordás? ¿Te acordas que me dijiste que querías volver "en un tiempo"? ¿Que querías la posibilidad de salir con otras personas para ver qué onda y "sentirte menos boludo" y después volver?

Palabras que, hoy en día, siento que quedaron en la nada.

Como nuestra relación, no?

Como nuestros domingos.

miércoles, 16 de febrero de 2022

going, going, gone.

Me duele el corazón. Me siento infinitamente triste. Y sé que no es infinito esto que siento, y sé que a la larga todo pasa. Que los sentimientos fluctúan y cambian. Pero de momento, honestamente, se siente eterno. Siento, realmente, que me duele el cuerpo. Y no entiendo por qué lo llaman “corazón roto”. Personalmente, siento que se rompió todo mi cuerpo. Y te extraño. Todo el dia. Todo el tiempo, hasta en sueños. Hasta cuando estoy con amigas. Hasta cuando el alcohol me pega y pierdo un poco la consciencia. Hasta cuando otro me da un beso. Hasta cuando estudio. Hasta cuando me baño. Hasta cuando escucho música que ni siquiera puedo relacionar con nuestra relación. Te extraño todo el día, todos los días. Y quisiera ir corriendo a abrazarte y no soltarte nunca y pedirte que no me sueltes; que no me dejes ir. Porque no me quiero ir. Pero tengo que irme, no? ¿Qué otra opción tengo? No me dejas otra opción. Porque no queres lo mismo que yo. O quizas si, pero te sentis un boludo por quererlo (por quererme) después de todo y sentis que no es justo y que no te lo mereces. Que no te merezco. Y te entiendo, lamentablemente. Y mis amigas me dicen que tengo que dejar de decirles que te entiendo, porque les duele ver que vos te priorizas a vos, y que yo te priorizo a vos, y que entonces nadie me prioriza a mi. Y que si yo no me priorizo nadie lo va a hacer, y que si yo no pienso en mi misma nadie lo va a hacer. Y que actué mal pero no mate a nadie, y que el orgullo nunca puede ser más importante que los sentimientos. Bueno, mentira. Eso lo digo yo. Pero ellas están de acuerdo, así que es lo mismo. Y bueno, estoy de acuerdo con ellas yo también. Pero… te entiendo. Y les pregunto qué harían ellas en tu situación, o qué piensan que haría yo en tu situación o qué te aconsejarían a vos si fuesen tus amigas y no las mías. Y me dicen que no importa, que no es el caso y no tiene sentido plantearse eso. Pero ahí difiero, porque entenderte y plantearme qué haría yo en tu lugar es lo único y lo mínimo que puedo hacer. Y en tu lugar yo me odiaría. Y me habría bloqueado y habría sacado nuestro portarretratos del cuarto y habría pasado a buscar mi ropa a las dos semanas y no te habría hablado nunca más. Y cualquiera quizás habría hecho esto. Pero vos no. Vos me das una oportunidad. No se por qué, ni como. Pero lo haces. Y mientras lo haces, te sentis un boludo por hacerlo. Y todo el mundo te dice que sos un boludo, y que hay un montón de mujeres más en el mundo que conocer y con quien puedas empezar con una fresh page. Y es verdad.

Entonces te entiendo, y entiendo tu actuar y entiendo tu dolor y tu confusión y tu enojo y tu indignation ante mis planteos, incluso, como ya dije, entiendo perfectamente que te sentis un boludo si cedes ante ellos. Entiendo que no quieras ceder. Aunque yo, si fuera vos, cedería. Pero porque yo no soy una persona orgullosa y jamás lo fui. Y eso me ha costado muchísimas veces “perder mi dignidad”, pero al menos jamás me quedé con las ganas de nada y jamás me quede con ningún sentimiento atragantado. Y siempre, siempre, siempre hice (y hago) lo que sentí (y siento). Pero vos no sos así, y está bien.

Te entiendo. Pero me duele, sabes? Me enoja, pero hace tiempo me di cuenta que el enojo no es más que dolor disfrazado. Y que dura poco. Y cuando se va, solo queda una profunda tristeza. Y acá estoy. Me duele. Aunque te entienda, me duele. Y me pregunto por qué, y me digo a mi misma que no era necesario, que estábamos bien, que estaba todo bien. Y no entiendo, no puedo entenderlo, y entonces vuelvo a enojarme y me duele y me indigno y… y te extraño. Porque te entiendo. Y quiero decirte que sigamos, que yo puedo aguantar un par de golpes al ego. Que puedo entender que me quieras a mi mientras estás en una cita con otra. Pero el solo imaginarte riéndote con otra, o agarrándola de la cintura para darle un beso… yo no soy una persona violenta, pero imaginarte así me da ganas de patear perros, de romper cosas, de golpear paredes y de gritarle a la gente en la cara. Porque me enoja. Me molesta. Me duele.

Entonces tengo que irme, no? Porque no queremos lo mismo. O lo queremos, pero te sentis un boludo al quererlo. Entonces tu orgullo o tus amigos o tu… yo que se. Algo. Algo te dice que no es justo, que sos un boludo si queres, o si le das bola a esto que queres o queremos, y que me la dejas fácil y que no es justo y que no me lo merezco porque te lastimé. Ves? Te dije que te entiendo.

Entonces entendeme vos a mi. Que me duele. Quedarme en esta situación de verdad me duele. No te puedo exigir que cedas, que no le hagas caso a tu orgullo o a tus amigos o a tu viejo. Tiene que surgir de vos. Y si no te surge, qué puedo hacer yo? Y esta bien si no te surge. Quizás me lo merezco. Lo más probable es que me lo merezca. Pero me duele, y no puedo estar todo el tiempo sufriendo por tan solo imaginarte agarrando a otra de la cintura para darle un beso. No puedo.

Entonces me voy. Aunque quiera quedarme un rato más. Aunque recuerde cuando el 31 de diciembre me dijiste que si no me quedo a ver qué pasa nunca voy a saberlo. Y si nunca pasa nada? Y si sufro por meses y nunca sentis que ya pasó el suficiente tiempo como para ceder? O como para no sentirte un boludo si escuchas a tus sentimientos? Y si te das cuenta que así estás mejor? Que realmente preferís toda esa cantidad de vínculos vacíos antes que nuestro vínculo?

Y si sufro al pedo?

Mejor me voy.

viernes, 11 de febrero de 2022

Te tengo que dejar ir, no?
Nos tengo que dejar ir, creo.
Hoy entre medio de mis lágrimas le dije a mi mejor amiga que no quiero perderte. Y me respondió que yo ya te perdí. Que ahora sos otra persona. Que el vínculo ya lo perdí, y que todo lo que quiero retener... it's long gone. Y que no tiene sentido. Quizás ni siquiera tiene que tenerlo. Lo extraño, y ya. Y te extraño. Pero ya no quiero esto, porque no me hace bien. Y cuando digo esto no sé bien si me refiero a vos, a este vínculo que me hace mierda, a extrañar lo que teníamos o a qué carajo. No sé que quiero, y ese es el tema. Y vos si sabés que querés, no? Envidio un poco eso.
Me querés a mi, pero también queres todo lo demás. Poder tener sexo casual, no tener que explicarle nada a nadie, hacer lo que quieras como donde y cuando quieras y con quien quieras. Salir a citas con cinco pibas por mes y decidir que ninguna te gusta, o que te gustan todas. Y mientras tanto, volver a tu casa y mandarme "ya llegué, me voy a dormir" y responderme que vos más cuando yo te diga "que descanses, te quiero mucho". Sí, ya sé.
Y está bien. Bah, no sé si "está bien", pero mal seguro que no está. Es lo que querés y ya. Pero es egoista. Para conmigo, digo. Porque no podés tener todo y a todas, ya te lo dije. Y eventualmente uno tiene que elegir sus prioridades. Y sé que no puedo exigirte de ninguna forma que tu prioridad sea yo. Porque eso tiene que surgir de vos, y si no surge, no surge, y ya. Y me duele, pero es lo que es.
Me duele que no me elijas. Por la razón que sea. Mi psicóloga me dice que lo más probable es que en el fondo no sea más que venganza, o ganas de demostrarme a mí o incluso a vos mismo o a tus amigos que estás bien, que no te importo o que no te afecta tanto y que podés y vas a hacer lo que quieras y disfrutar como todos ellos te deben decir. "No seas boludo, hay un montón de minas en el mundo, disfrutá." O bueno, eso le diría yo a una amiga si estuviese en tu situación. Así que los entiendo. Pero no importa. No importa si la razón de salir con otras es demostrarme a mi, a vos, o a tus amigos que podes, o si es por vengarte, o si es porque genuinamente te pareció una chica divina preciosa hermosa copada entretenida y querías tener una cita para conocerla mejor. O si queres coger y sabés que la única forma es invitandola a comer. Qué se yo. Qué importa, no? Para el caso, es lo mismo. Lo haces, lo hiciste, y lo vas a seguir haciendo. Y ya.
Y no me priorizas. Y ya.
Y está bien.
Pero yo te priorizo. Por sobre mí, muchas veces. Por sobre mi salud mental, mi estabilidad y mi estado de ánimo. Por sobre lo que yo siento que merezco. Por sentirme culpable, o por sentir que te lo debo porque te prometí esperarte, y que me lo debo porque también me prometí a mí intentarlo unos meses. Y ni siquiera puedo durar dos. Y me siento mal.
Una vez les dije a mis amigas que si todo esto se iba al pasto quería quedarme con la sensación de haber hecho todo lo posible, y de haber aguantado todo lo aguantable. Recuerdo que mandé un audio diciendo que esta situación actual es una porquería pero que tengo que aguantarlo unos meses, y que si en unos meses o un tiempo prudencial sigue siendo así y no veo intenciones de cambio, entonces ahí sí habría hecho todo lo posible y podría retirarme en paz y con la sensación de haber hecho todo lo posible. Pero no siento eso, y me siento culpable. Porque pensé que podía aguantar más.
"Aguantar". Qué palabra, no? ¿Por qué tengo que aguantar una situación que me lastima? Y, peor, ¿por qué tengo que aguantar que sepas que esta situación me lastima y aún así, diciendome que me queres y que te importo, no hagas nada para ya no lastimarme? 
"Porque vale la pena", me digo. ¿Y si no? ¿Y si pasado un tiempo prudencial sigue siendo así? ¿Y entonces alargo mi sufrimiento al reverendo pedo? ¿Y si todo sale mal?
¿Pero y si no? ¿Y si siendo paciente todo sale bien?

Y pensé que era paciente, te juro que sí. Y pensé que podía esperar en estas condiciones, y que eventualmente iba a acostumbrarme. Pero cada vez lo sufro más y cada vez me afecta más, y no quiero esto. No quiero seguir pasando días sin comer, y durmiendo mal, y sintiendome drenada de energía y de ganas de todo. No quiero seguir yendome a dormir llorando mientras vos estás en citas con otras. No quiero.
Y quizás puedo. Digo, quizás puedo aguantar. Unos meses más. Sí, sufriría, pero quizás puedo.
Pero creo que no puedo. Porque no puedo seguir priorizandote cuando una y otra vez me demostras que vos no me vas a priorizar a mi. Y si yo te priorizo a vos, y vos también te priorizas a vos, ¿quién me prioriza a mí?
Entonces tengo que priorizarme, y hacer lo que considero que es lo mejor para mí.
Porque queremos cosas distintas. Porque yo quiero estabilidad y seguridad y un vínculo real, y amor, y punto. Y vos queres pelotudear con cuanta piba se te cruce y llenarte de vínculos vacíos. Y quizás un día te despiertes y te des cuenta que al perderme perdés una persona que te quiere con todo el corazón y que haría casi cualquier cosa por vos, y que siempre estuvo y estaría para vos y que te bancaría en todo, y que le importas de verdad. Y te das cuenta que cambiaste un vínculo muy especial por un montón de vínculos vacíos. Pero yo no puedo quedarme sentada esperando que te des cuenta, y tampoco puedo zarandearte y pegarte cachetadas hasta que caigas en la realidad.
Y la realidad es que acá el que pierde sos vos. ¿Yo? Yo gano. Gano alejar de mi vida a una persona que no quiere lo mismo que yo, y que me lastima y no le importa lastimarme. "No voy a ceder". Ja. Hubieras dicho "No me importa lastimarte" y era más honesto, no?
Está bien, no cedas. Perdeme, si tan poco te afecta. Si tanto querés salir con otras, hacelo. Salí con quien quieras. Yo gano. No pierdo nada perdiendo a una persona que me quiere a medias.
No pierdo nada al dejarte ir.
Y ya no sé bien si realmente me lo creo, o si lo repito una y mil veces para creermelo. Como quien se dice una y mil veces que algo no le importa (aunque le importe) hasta que eventualmente empieza a creerse que no le importa. 
No sé si pierdo o no al dejarte ir. Pero estoy segura que vos sí perdes. Y si no te das cuenta de eso, yo no tengo nada que hacer en tu vida.

Te tengo que dejar que ir, creo.

martes, 8 de febrero de 2022

Me siento tan… grande? Vieja? No sé explicarlo. Siento como si ya hubiera vivido todo. Como que ya está, ya estoy. Si muero mañana, está bien. No me interesa buscar metas nuevas, ni caminos nuevos, ni gente nueva, ni lugares nuevos. Estoy bien así. Bah, bien. Estoy cansada. No tengo ganas de nada nuevo. ¿Para qué? Es que siento que ya nada puede sorprenderme. Que todo es más de lo mismo, a fin de cuentas. Y entonces, ¿qué sentido tiene? Ya está. Ya estoy. Ya fue. Todo.

A la vez me siento muy chiquita. Vulnerable. Como si estuviera sosteniéndome pegada con cinta scotch. Qué cinta de porquería. Y en cualquier momento me revolea un viento fuerte y me hago mierda contra el piso. De nuevo. Uf. ¿Cuántas veces van ya? Estoy cansada de caer. Estoy aún más cansada de pegarme con cinta scotch. De intentar rearmarme todos los pedacitos rotos e intentar con todas mis fuerzas no romperme para terminar fracasando, de nuevo. En todo. Y entonces vuelvo a sentirme vulnerable y quisiera pedirle a un Dios en quien no creo que no quiero romperme más, y que no quiero sentirme más así. Pero no creo en Dios, y no creo que alguien me escuche. Y entonces vuelvo a sentirme cansada, y grande, y vieja. Como si ya hubiera vivido todo. Ya está, ya me rompí demasiado. ¿Es mucho pedir un descanso? ¿Un poco de paz? Y, si no es mucho pedir, ¿a quién debería pedírselo? ¿Alguien me escucha? ¿A alguien le importa?

Soy muy joven para sentirme así, pero así me siento. Como que ya está. Como que esto es todo. Pero así me siento. Ya tropecé, aprendí, lloré y fui feliz. ¿Qué más me queda? No me interesa. No me interesa conocer a nadie más. No me interesa aprender nada más. No me interesa ni siquiera equivocarme. No me interesa salir, ni quedarme. Si muero mañana, está bien: ya vivi suficiente. El problema es que no muero, obvio. Porque soy joven. Y todavía no viví nada, supongo. Pero vivir es sufrir. Constantemente. Preocupaciones, miedos, paranoias, dolores, sufrimiento.

¿Qué tanto más se puede vivir? Ya no tengo más ganas de preocuparme ni de sufrir.

¿Cuánto tiempo más tengo que sufrir?

lunes, 24 de enero de 2022

Somos.

Dicen que somos la serie de decisiones que vamos tomando en nuestra vida. Lo que hacemos, no hacemos, decimos y no decimos. Y también, agrego yo, lo que queremos hacer, o decir, pero terminamos no diciéndolo o no haciéndolo. Y, ¿qué con todas esas decisiones que sabemos que deberíamos haber o no haber tomado pero que, por alguna u otra razón, no fue así? ¿A dónde van a parar? ¿Seríamos alguien distinto si las hubiésemos tomado o no tomado, respectivamente? ¿Sería yo la misma persona hoy si hubiera decidido distinto? ¿Hay alguna otra versión mía en algún universo paralelo que tomó todas las decisiones que yo supuse que no debería tomar, o alguna otra que tomó las que si yo debía pero yo no tomé? Y si las hay, ¿serán felices? ¿Más que yo con las decisiones que tomé y no tomé?

¿Habrá una yo en un universo paralelo que decidió estudiar psicología, y no traductorado? ¿O que decidió ir de viaje a Brasil en vez de a México en 2018? ¿O que decidió no ir a una fiesta en abril de 2019 y quedarse durmiendo? ¿O que enterró sus impulsos debajo de su piel? ¿O que estudió más para un parcial y entonces aprobó y no perdió un año de su cursada? ¿Cuántas "yo" pueden haber? Deben ser tan infinitas como infinitas decisiones he tomado en mi vida. O, al menos, aquellas que considero importantes. No creo que haya un universo paralelo en el que decidí untar mi tostada con mermelada de durazno en lugar de mermelada de arándanos.

Reformulo, entonces: somos la serie de decisiones importantes que vamos tomando. Las decisiones que nos marcan. Qué carrera estudiamos. Qué viaje hacemos. A cuáles fiestas vamos y a cuáles no. Qué trabajos tomamos y cuáles no. Qué decimos, y qué nos callamos para siempre. Cuál impulso seguimos, y cuál enterramos debajo de nuestra piel. Y yo soy yo. Soy esto. Estudié traducción, y no psicología. Viajé a México, y no a Brasil. Fui a una fiesta, y no me quedé durmiendo a pesar de que tenía sueño. No estudié lo suficiente. Y seguí mis impulsos. ¿Puedo arrepentirme? ¿Estoy a tiempo de cambiar? ¿Hay algua forma de rectificarme? ¿De dehacer mis decisones? ¿De volver a tomarlas? ¿No, no? ¿Qué hago entonces? Digo, con esta sensación de que hice todo mal.

No puedo cambiar el pasado. No puedo cambiar quien soy. Las decisiones que tomé me llevaron hasta acá. Y quizás, si hubiese decidido distinto, sería otra versión de mí. Una que me gustaría más. Una que sería más feliz. Pero no lo soy. Y lo único que puedo hacer es aprender. Y asegurarme de, esta vez, al menos, intentar tomar las deciones correctas. Para después no tener que estar preguntandome por las otras versiones de mí en otros universos que ni siquiera sé si existen. (Aunque ojalá que sí, y ojalá estén siendo más felices de lo que yo estoy siendo ahora.)

jueves, 13 de enero de 2022

Hace días que vengo sintiendo que te extraño. Sí, te extraño. ¿Cómo? Si nos seguimos viendo, y hablando (!). Incluso seguimos compartiendo la mayoría de las cosas que compartíamos (!). En muchísimos sentidos, casi podría decirte que siento que casi nada cambió (!!!). ¿Cómo, entonces?

Bueno, es que, justamente: casi nada.
Excepto que todo cambió.
Supongo que, lo que en verdad quiero decir, no es que te extraño. No en sí. No a vos. Supongo que nos extraño a nosotros. Extraño lo que eramos; nos extraño. A nosotros; a nuestra cotidianeidad.
Cuando una relación termina, en cierta forma es como si la misma se fuese desgranando. Entonces un día extrañas hacer planes los domingos. Y otro día extrañas las citas y los besos con cuatro vasos de cerveza encima. Otros días extrañas terminar los sábados durmiendo juntos y empezar los domingos almorzando ravioles. Y otro día extrañas hacer planes que el otro quería pero vos no tanto pero igual ibas porque sabías que para el otro era importante. Y otro extrañas que te acaricien el pelo hasta dormirte. Y otro despertarte en un abrazo que no sea a tu almohada. Y unos días extrañas más que otros, y otros días incluso no extrañas, y otros sentís que te atravesaron el pecho con un puñal.


Y, bueno, supongo que lo que quiero decir es que… Nos extraño. Extraño nuestros domingos, nuestros jueves y nuestros lunes. Extraño nuestras risas 3 am y nuestros besos 4 pm. Extraño nuestras meriendas no planificadas, y nuestros fracasados intentos de mirar más de un capítulo de una serie sin hacer pausas de dos horas. Hell, incluso extraño retarte por molestar a mi gato. Extraño nuestros snacks de madrugada. Extraño nuestras tardes de café frío y tostadas con palta, tomate y orégano en tu cama. Extraño batirte un café y que me traigas coca fría. Extraño dormir abrazada a vos. Extraño que te quedes dormido y enojarme porque yo quería que miremos una película. Extraño que me digas que me amas, y sentir que realmente me amas. Extraño decirte que te amo. Extraño cómo me hacías sentir. Extraño cómo nuestra relación me hacía sentir.
Pero no te extraño a vos. No realmente; no. Porque seguís acá. Nos vemos, hablamos. Te digo que te quiero, y me decís que vos también. Y sí, admito que lo dudo, a veces, y otras no. Y otras lo niego, porque no tiene ningún sentido que me quieras. Pero lo haces (creo). Y no te extraño, porque seguís acá. Pero el problema es que nosotros ya no seguimos acá.

¿Dónde fuimos?

¿Dónde estamos?

 

Y yo a vos te extrañé tanto, tanto. No te das una idea. No puedo explicarlo. No hay forma. Mientras vos no pensabas en mí y te dedicabas a hablar con otras 57 mil pibas y a verte con 32 mil, yo te extrañaba. Y no te reclamo, ni te culpo. Just stating the facts. Te extrañaba todo el día, toda la noche, toda la tarde. Y dejé de extrañarte, sí.

Pero, ¿cómo hago para dejar de extrañarnos?

martes, 28 de diciembre de 2021

"Vos cómo estás?"

Me preguntaste si yo estaba bien, y no, no está todo bien. Pero, ¿qué querés que te diga? ¿Querés realmente que te diga que está todo mal? ¿Que estoy triste? ¿Que no me alcanza esto y que esta situación me pone mal? ¿Que me siento culpable e insuficiente y pelotuda? ¿Que me odio por lo que hice y que te amo pero que te odio por estar haciendo esto? ¿Que desearía, por momentos, no odiarte ni amarte ni sentir más nada por vos y poder seguir mi vida? ¿Que me atormenta darme cuenta lo mucho que te quiero tener en mi vida? ¿Que muero de miedo de tan solo pensar por una fracción de segundo qué pasaría si nunca volvemos a ser nada y si todo sigue igual para siempre? ¿Que saber que seguis y vas a seguir hablando con ella me estruja el corazón? ¿Querés que te cuente sobre mi miedo de que te enganches con ella y que yo sea "la otra" "la ex"? ¿Querés que te cuente lo mucho que odio que me hables de ella y lo mucho que dudo de que hables de mi con ella? ¿Querés que te diga que me siento triste porque siento que hoy la viste y no me dijiste nada? Y que no puedo decir nada, porque yo te pedí que no me digas si la ves, esperando que me digas que no creías verla. Realmente, ¿te sirve de algo saber que me siento así? ¿Te sirve de algo que te cuente que todo el día tuve el presentimiento de que estabas con ella? Realmente, ¿querés que te cuente lo triste que me siento? ¿Querés que te hable de una angustia que solo vos podes pero no queres calmar? ¿Querés que te lo diga? ¿Para qué querés saber? ¿De qué me sirve decirte algo de esto? ¿Lo vas a cambiar? No, no? Y, no. Y está bien, no? Está bien, porque es tu proceso. Y está bien. Es lo que necesitas. Pero, ¿te pusiste a pensar qué necesito yo? Yo necesito no saber nada, no pensar nada. Necesito que pase el tiempo. Necesito procesar que este es nuestro nuevo vínculo. Necesito procesar que nuestro anterior vínculo murió en la madrugada del 15 de noviembre. Necesito entender que el 17 de diciembre nació un nuevo vínculo. No digo que sea peor. Tampoco mejor. Es distinto, es nuevo, y punto. Y necesito adaptarme al mismo. Necesito tiempo. Necesito espacio. Necesito llorar al vínculo anterior. Me cuesta aceptar que ya no está y que seguramente nunca vuelva. Y me cuesta aceptar que es mi culpa. Es todo mi culpa. Pero es culpa tuya también, lo lamento si no te gusta aceptarlo, pero lo es. Porque actuar así es decisión tuya. Hacer lo que haces es decisión tuya. Y yo entiendo la decisión. Creeme que lo entiendo. Te entiendo. Te respeto. Sé que necesitas esto ahora mismo. Entiendo que un día me vas a decir que si estoy con otra persona me dejas de hablar, mientras al mismo tiempo le mandas un mensaje a otra chica preguntandole "¿Qué hacías?" Entiendo que un día me vas a decir que te molesta si le doy un beso a otra persona, y que odiarías si salgo con otra persona, pero al mismo tiempo vas a pedirle el instagram a la moza y decirle a alguna chica de Tinder de ir a tomar algo. Entiendo incluso que me digas que a pesar de todo eso, me querés a mí. Me querés. Sé que me querés. Sé que sabés que te quiero a pesar de lo que hice yo. Digo, porque esto también vino de mi lado, no? Te imagino pensando "Bueno, vos un día me decías que me amabas con todo tu corazón y al día siguiente estabas diciendole a él que vaya a tu casa a coger. Y otro día me abrazabas y me decías que yo era lo más importante de tu vida mientras en tu WhatsApp había sin leer un mensaje que te decía lo bien que la había pasado con vos la noche que fuiste a su casa a esperar un uber." Y sí, tenés razón. Tenés razón, ok? Sí, soy la culpable de todo. Sí, este es mi karma. Sí, me lo merezco, supongo. "Pero no lo quiero." Quisiera decirte. Pero te quiero, la puta madre, te quiero. Te amo, la puta madre, te amo. Así que no me queda otra, supongo. Bah, siempre nos queda otra. Siempre hay opciones. Pero las demás opciones me parecen una mierda. Así que me quedo con esta, porque me parece la menos mierda de todas. Aunque esta también sea una mierda. Pero no va a ser así de mierda por siempre y para siempre... no? No voy a sentirme así de triste siempre, no? No, eso seguro que no. Va a estar todo bien, eventualmente. Aunque hoy no lo esté. Aunque hoy este triste, y angustiada, y enojada. No con vos, no. Conmigo, quizás. Con la vida. Bueno, y un poco sí, con vos. Pero te entiendo. Te entiendo, te juro que sí. Es lo que necesitas. Decirme que me amas pero sin compromiso. Decirme que me queres ver y que disfrutas mucho pasar tiempo conmigo y hacer planes y que soy hermosa y que me queres mucho y que te gusto y que te molesta si estoy con otras personas... pero sin compromiso. Porque no podés pedirme que me comprometa con vos (aunque ya lo estoy), porque sabés que vos no querés comprometerte conmigo. No de momento. No hoy, no mañana. Y ni siquiera sabés si vas a querer. Pero... vas a querer, no? Va a estar todo bien, no? Digo, aunque ahora todo sea una mierda, y este llorando frente a una computadora a las 3 de la mañana de un martes. Todo va a estar bien, no? Voy a dejar de sentirme así de angustiada, no? Vas a dejarla, no? Eventualmente, digo. No te pido que sea mañana (un poco sí), ni la semana que viene (ojalá), ni dentro de un mes (qué lindo sería), ni para el 14 de febrero (el otro día soñé eso). Pero... eventualmente va a pasar, no? Y entonces ya no voy a estar triste, ni a sentirme insuficiente, ni angustiada, ni pelotuda. Y no voy a tener más miedo, ni voy a odiarte por amarte ni desear no sentir nada por vos, ni culparme una y otra vez por mis errores ni odiarte por tus decisiones. Y no voy a pasar el día entero angustiada sintiendo que estas con ella, ni con ninguna otra, no? Y no voy a dudar ni un segundo del día de si me amas o de si me extrañas o pensas en mi o si besaste a otra, no? Y yo no voy a ser "la otra" ni "la ex", no? Y no voy a estar más angustiada... ni asustada... no voy a sentirme más así, no?
Y cuando me preguntes si está todo bien y te responda que sí, va a ser verdad, no? No voy a estar mintiendo y fingiendo porque sé que es al pedo decirte que no lo está, no? No va a hacer falta mentir, ni fingir. Y va a estar todo bien, no?

.... No?


Jaja, supongo que estoy bien.

lunes, 27 de diciembre de 2021

ain't it funny,
how you ran to her the second that we called it quits?
ain't it funny,
how you said you were friends?
now it sure as hell doesn't look like it

you betrayed me-
and I know that you'll never feel sorry for the way I hurt
you talked to her when we were together, 
you gave me your word, but that didn't matter
it took you two weeks to go off and date her,
guess you didn't cheat,
but you're still a traitor

Pretty little lies

Che, qué difícil se me hace. Fingir, digo. Callarme, digo. Cerrar bien el orto, digo. No preguntar, digo. Para no lastimarme. Porque sé que te puedo preguntar lo que quiera, y que me vas a ser honesto. Y eso es el problema, sabés? Que me vas a ser honesto. Y que la honestidad duele, a veces. Y es difícil. Porque quisiera que tu honestidad no me lastime. Quisiera no tener que fingir, y quisiera poder decirte todo lo que siento. Quisiera que pudieras callar mis dudas y calmar mis miedos con tan solo el roce de tu mano. Pero no lo haces. Si, se disipan un poco, es cierto... Pero vuelven. Siempre vuelven. Te miro, y me pregunto ¿quién sos? ¿Sigue ahí dentro la persona de quien me enamoré? ¿Y yo? ¿Sigo siendo yo la persona de la que te enamoraste? 
Y... no. Yo cambié. Para mejor. Evolucioné. Gracias a vos, en parte. Y no te voy a dar todo el crédito, no. Fue todo mío, sí. Pero vos me diste un empujoncito. Vos, y tu amor, me ayudaron. Y me sanaron en formas que no creí posible. Y ahora soy otra persona. Una mejor persona, creo. ¿Soy una mejor persona que cuando nos conocimos? Es que eso creo. Creo que la persona que soy hoy jamás cometería los errores que cometió la persona que era hace dos años. Y si bien en parte es gracias a vos, es tan solo eso: en parte. Yo me llevo el mayor crédito. Yo crecí. Yo evolucioné. Yo aprendí de mis errores. De los muchos. Y aprendí de los aciertos, también. Y me di cuenta que me caigo mucho mejor cuando no cometo errores que ya sé que son errores. Porque ese es el tema, creo. Una cosa es equivocarse una vez, o dos, o tres. Pero yo repetí el mismo error demasiadas veces. Y, eventualmente y por suerte, me di cuenta que ya no tengo más excusas. Que no puedo seguir escudándome ni escondiéndome de la culpa. Que la culpa eventualmente te atrapa. Y me atrapó. Dios, me atrapó, y algunos días temo que no quiera soltarme nunca, te juro. Pero nada dura para siempre, eso es algo que también aprendí. Aunque, te confieso, a veces deseo que algunas cosas, como nosotros dos, pudiésemos ser la excepción, y durar para siempre. ¿Conoces alguna excepción vos? Yo conozco un par. Y no digo que sean excepciones perfectas. No hay nada perfecto. Bah, ¿qué es perfecto? Para Camilo, Evaluna. Para Mark, de Love Actually, Juliet. Y... bueno, no se me ocurre ningún otro ejemplo. El caso es... No sé, medio que se me olvidó. Creo que el caso es que a veces, casi siempre, deseo que vos y yo seamos esa excepción al "nada es para siempre", y no importa que tan no-perfecto sea. No necesito que sea perfecto. Necesito que sea real. Y vos y yo somos reales. Con mis errores y los tuyos. Con tus aciertos y los míos. El amor que sentimos es real, no?

....No?

Bueno, me fui de tema. Como siempre, ya me conocés. Todo esto surge porque estaba mirando tu chat, esperando que me respondas un mensaje que te mandé en respuesta a otro mensaje tuyo, y te veía en línea y me preguntaba con quién hablas. Si hablas con ella, digo. O si hablas con otra. ¿Cuántas tenés ahí escondidas? No, no me importa. No quiero saber. No me digas, en serio, es mejor así. Me lo pregunto, pero no importa. Y entonces inmediatamente pienso, "Che, que difícil." Y así surge esto.
Es que me encantaría que sea fácil. Poder preguntarte, y que me respondas, y que tu respuesta no me haga trizas el corazón, y que no me revuelva el estómago, y que no me haga doler la cabeza. 
Pero la vida no es fácil, eso ya lo tengo en claro. Y quizás, y puede que sea mi infinita culpa quien me dicta esto, me merezco esta dificultad. Quizás me estás poniendo a prueba. O quizás es la vida (?) poniéndome a prueba. Yo qué sé. 
"No sé." "Yo qué sé." Últimamente parece ser lo único que sé decir. Es irónico, no? "Lo unico que sé es que no sé nada." Le dije hoy a una amiga en un audio. O quizás fue ayer, o antes de ayer, o quizás la semana pasada... Ni eso sé, ves? No sé absolutamente nada. No sé qué hacer, qué decir, o qué no hacer, o qué no decir. Qué es mejor que sepa, o qué es mejor que no sepa. Es que, ya te dije, a veces la honestidad duele. Siempre fui de las que entienden las mentiras piadosas. Las que son para proteger al otro, digo. Para no lastimar al otro. Como cuando una amiga no le dijo a su novio que le estaba siendo infiel, porque a pesar de eso lo quería. No lo amaba, no. Pero no quiso lastimarlo, entonces se calló. Y no le dijo nada, y quizás el nunca supo ni sabrá sobre esto. ¿Está mal? Qué se yo, ¿Quién dicta qué está mal y qué está bien? ¿Acaso ella no evitó, de esta forma, arruinar su vínculo? ¿Acaso ella de esta forma no permitió que el recuerdo de su relación no se vea distorsionado por la idea completamente falsa de que ella no lo quería? Porque lo quería, a mí me consta. La he visto llorar por él y por su ruptura, y la he visto confundida. Entonces me parece bien. O, por ejemplo, si el novio de una amiga tuya le dice que no miró a ninguna otra toda la noche, pero quizás sí miro. Quizás incluso alguna otra se le acercó, y hablaron. Pero, ¿de qué serviría si le cuenta? ¿No es acaso mejor que la haga sentir segura? ¿Que la haga sentir como si para él ella fuera la única persona en el mundo? No digo la más linda, ni la mejor, ni la más divertida. Digo la única. Como si sus ojos no pudieran ni siquiera mirar a otra mujer. Y, ¿no es lindo eso? Entendes el punto, no? Las mentiras a veces son piadosas, y necesarias. Y yo prefiero que me mientan y no que me destruyan con una verdad que no necesitaba saber. No lo necesitaba. Me arruina la psiquis. Me revuelve el estómago.

Es difícil fingir, y callarse, y cerrar el orto. Pero a veces, para no lastimarse, hay que hacer cosas que uno no quiere. Como mentir. O peor (mejor): mentirse.

Así que sí, volví a entrar a tu chat, te volví a ver en línea, y volví a preguntarme con quién carajo estarás hablando, y si estarás hablando con ella, o con otra, o qué. Y me pregunto de qué habran hablado hoy, o si le habrás dicho que la extrañas o que tenes ganas de verla, o si habrán arreglado para verse alguno de estos días. Pero no importa, posta. No importa. No te voy a preguntar nada.
Voy a fingir. Voy a fingir que no me importa hasta creérmelo. Me voy a mentir a mi misma e imaginar que nada de eso pasa. O que es distinto a como yo me lo imagino. Quizás la vas a ver, pero no tenés tantas ganas como sí tenés de verme a mi. Quizás le vas a dar un beso, pero no va a gustarte tanto como te gustan los míos. Quizás te vas a reir, pero no tanto como te reís conmigo. Quizás te gusta, pero no tanto como te gusto yo. Quizás la queres, pero a mí me amas. 
Y yo voy a cerrar el orto, y no te voy a preguntar nada al respecto. Ni de ella, ni de nadie. Nada de nada. No voy a emitir comentario, ni duda, ni consulta. Ni voy a mirarte de ninguna forma, ni hacer nada en absoluto. Y si alguna vez dejo entrever alguna duda, por favor, te lo pido por lo que más quieras: mentime. 

(Que me gusta(s).)

martes, 21 de diciembre de 2021

Quiero saber qué haces con ella. Quiero saber de qué hablan. Quiero saber qué mierda hacen en una cena de 5 horas. Quiero saber si le decís que la querés, si le decís que es linda, si la haces reír, si te hace reír. Quiero saber si la haces sentir como me haces sentir a mi. Quiero saber si la besas como me besas a mi. Quiero saber si te calienta como yo. Quiero saber si sentis algo por ella. Quiero saber qué siente ella cuando te ve. Quiero saber qué mierda hace que no se aleja. Quiero saber por qué es tan pelotuda. Quiero saber por qué las amigas no le dicen que se aleje de una persona que no gusta de ella. Quiero saber por qué no se aleja si sabe que me ves a mi también. ¿Pensará que tiene las de ganar? No, no puede ser tan tonta. Porque yo tengo las de ganar, no? O a ella le decís que no es así? Que nunca vamos a volver, que queres estar con ella? Que a mi me ves porque queres terminar bien, pero que no te interesa volver nunca. Pero si no te interesara, no actuarías así, no? O si? Se puede ser tan sádico? Se puede ser tan malo? Se puede ser tan egoísta? Sos egoísta? Queres tenernos a ambas? Deberíamos alejarnos ambas y dejarte solo por boludo? No podés tenerlo todo. Quiero saber qué piensa ella de todo esto. Si está pasándola bien. O si está sufriendo como yo. Quiero saber qué piensa cuando llega a su casa después de verte. Quiero saber qué pensas vos cuando volves a tu casa después de verla. Quiero saber también que pensas cuando volves a tu casa después de verme a mi. Quiero saber si pensas en mi en algún puto momento en el que estas con ella. Quiero saber si le mandas cosas que me mandas a mi, o si le contas cosas que me contas a mi. O si no. Quiero saber si le contas cosas que a mi no me contas, o si a mi me contas cosas que a ella no. Quiero saber si la pasas mejor conmigo o con ella. Conmigo la pasas mejor. No? No que soy tu favorita? No que a mi me amas? No que no sentis nada por ella? Es así, no?

Quiero saber cuándo vas a dejar de verla. Quiero saber cuándo vas a dejar de chapartela. Quiero saber cuándo vas a romperle el corazón. Le vas a romper el corazón a ella, no? Digo, y no a mi. No? O me lo vas a romper a mi? A quién vas a elegir? Vas a elegir? Eventualmente, vas a tener que elegir. No podes tener todo, sabés? “Chase two girls, lose the one” dice mi canción favorita de Taylor Swift. Yo soy the one, no? Porque para mi vos lo sos. Para mi es acá. Pero... y para vos? Es acá, conmigo? O es ahí? No podes tener todo. Deberías saberlo. Porque no es justo. Es egoísta.

Ya se que ya lo dije, pero de verdad quiero saber si te acordas de mi cuando estás con ella. O si pensas en mi. O si pensas en ella cuando estás conmigo. Quiero saber si me extrañas cuando estás con ella. O cuando le das un beso. Quiero saber si ella te da besos a vos. Quiero saber como son sus besos. Quiero saber qué sentis. Quiero saber si la saludas con un beso. Quiero saber si la abrazas, o si le das la mano como a mi. Quiero saber hasta donde llegas con ella. Quiero saber si sentis más que conmigo. Quiero que me digas que conmigo sentis más. No, quiero que me digas que no sentis nada con ella. Ni por ella. Que sentis lo mismo que yo saliendo a un boliche y dandole un beso a cualquier persona desconocida. Quiero que me digas que ella no significa nada para vos. Que solo es entretenimiento barato. Que la vas a dejar en unos meses. Por mi. La vas a dejar por mi, no?

Quiero saber si te da deja vu cuando estás con ella. “I bet she's bragging to all her friends, saying you're so unique. So, when you gonna tell her that we did that too? She thinks it's special, but it's all reused. That was our place, I found it first, I made the jokes you tell to her when she's with you. Do you get deja vu when she's with you?” Le contas que todo lo qué haces con ella ya lo hiciste por mi? Perdón, me corrijo. Lo seguís haciendo. Le contas que me queres más a mi? Que yo soy más especial? Que yo soy tu favorita? Que por mi sentis algo que por ella no? Que yo soy más graciosa, más linda, mejor? Porque lo soy, no? Me queres más a mi, no? Soy tu favorita. No?

Quiero saber. Pero no me respondas. Porque en verdad no quiero saber. Prefiero responderme yo sola. Quiero saber, pero no quiero saber, por si me equivoco. Porque si me equivoco en cualquiera de estas preguntas, y si la respuesta no es la que yo espero, voy a tener que ir a arrancarle los pelos. O algo menos agresivo. Creo. Prefiero no equivocarme. Pero no me equivoco, no? Dejá. Ni me respondas. Hay cosas que es mejor que queden acá.

Hay cosas que es mejor ni saberlas.

viernes, 10 de diciembre de 2021

El cumpleaños de tu hermana.

Faltan 6 minutos para las 5 de la tarde del 10 de Diciembre de 2021.
Mañana es el cumple de tu hermana, asi que, si todo siguiera como antes (como hace tres semanas) yo ahora mismo estaría yendo a tu casa. Bah, estaría yendo al tren. Tarde, apurada, como siempre.
Me tomaría el tren de las 17:04 o de las 17:17 y a eso de las 6 de la tarde estaría en tu casa.
Merendaríamos, boludeariamos un rato, y a eso de las 8 menos cuarto iriamos a donde vos entrenas, y me quedaría a verte. Y quizas después saldríamos con tus amigos a cenar, o quizas no. O quizás iriamos a comer solos, o a tomar algo al bar de los 80 a pocas cuadras de tu casa. Después volveríamos a tu casa, fumariamos un rato, mirariamos algo y nos iriamos a dormir 5 am, abrazados. Como siempre.
Y el sábado nos despertariamos al mediodía, y esperariamos que pase tu viejo a buscarnos para ir al cumpleaños de tu hermana. Porque mañana es el cumpleaños de tu hermana.
Y le llevariamos el pop-it de regalo que le habríamos comprado, y nos sentaríamos a comer sanguchitos de miga veganos o empanadas veganas, y papas fritas. Y estaríamos ahí tres horas aburridos, boludeando, charlando y riendonos. Juntos.
Y sería hermoso.
Y después volveríamos a la casa de tu viejo. Cenariamos, quizás iriamos a tomar algo, o quizas no. Nos quedaríamos viendo netflix, fumariamos, o quizas no, y nos iriamos a dormir abrazados como siempre.
Y todo estaría bien.

Todo. Estaría. Bien.

Pero nada está bien. Y las cosas no siguen como antes (como hace tres semanas).
Faltan 2 minutos para las 5 de la tarde del 10 de Diciembre de 2021.
Y yo no estoy armando mi mochila, ni corriendo para llegar al tren que sale en 5 minutos. No estoy yendo a tu casa. Y no voy a acompañarte al entrenamiento, ni vamos a ir a cenar con tus amigos, ni vamos a ir a tomar algo al bar de los 80, ni vamos a dormirnos juntos y abrazados a las 5 am. Tu papá no nos va a pasar a buscar mañana, ni vamos a pasar la tarde aburridos comiendo sanguchitos de miga o empanadas veganas. Porque mañana no vamos a ir al cumpleaños de tu hermana. 
O al menos yo no voy a ir.
Vos si. Solo.
Pero no te importa, no te afecta, no te molesta. 
Así lo decidiste vos.
Si no, no habrías dicho nada. Me habrías invitado. Y estaría yendo ahora mismo a tomarme el tren.
Y todo estaría bien.

Pero todo está mal.

Todo. Está. Mal.
Y en 2 minutos sale el tren.
Y yo no te voy a abrazar esta noche. Ni la noche de mañana. 
De hecho, ¿quién sabe si alguna vez te voy a volver a abrazar?

Ya son las 17:05 hs. El tren ya salió. Sin mi.
Y vos vas a seguir sin mi.
Y podría tomarme el tren de las 17:17, si quisieras.
Si tan solo quisieras que esté hoy ahí con vos. Y mañana.
Pero no queres.
O queres, pero quizas sentis que no debes.
Y entonces yo no voy a ir al cumpleaños de tu hermana.

viernes, 17 de mayo de 2019

"It always feels like there is just one person in this world to love, and then you find somebody else, and it just seems crazy that you were ever worried in the first place."



Lexie -Grey's Anatomy

miércoles, 24 de abril de 2019

"Quedate"

Quedate. ¿Podrías quedarte así? No te muevas, ni un centímetro más. Es que te miro y no puedo evitar querer que te quedes. Te escucho decir que te tenés que ir y lo único que quiero es pedirte que te quedes. Y no sé cómo explicarte que no es solo ahora, no es solo en este momento, no es solo en este abrazo: quedate. No te vayas, quiero decirte, pero sé que no me vas a entender. ¿Lo harías? Digo, ¿te quedarías? ¿Te quedarías un rato más? Es que te miro y no puedo evitar sentir ganas de taparnos del mundo entero, congelar el tiempo y quedarme en tu abrazo. Y tengo frío, pero algo en vos se siente cálido, o quizás es algo en mí. Entonces... ¿podrías quedarte así? ¿Me dejarías quedarme un rato más entre tus brazos? Quedate quieto, no te muevas, que tengo miedo de que nos caigamos. Es que... no quiero sonar cliché, pero sé bien que todo es muy frágil, que tarde o temprano las cosas se rompen. Y tengo miedo. ¿Cuánto falta para que nos rompamos? Quiero cubrirnos de papel de diario y meternos en una caja fuerte, quiero resguardarnos de los demás. Quiero protegernos como mi mamá protege las copas de cristal. Siento que somos un castillo de naipes, y quiero rogarle al mundo entero que no sople en nuestra dirección. Siento que estamos caminando hacia un abismo y tengo miedo de que nos caigamos. Entonces, ¿podrías quedarte así? Quedate acá, abrazame, te hago una caricia. Dame un beso, te sonrío: quedate conmigo, quiero decirte. "No me quiero ir" me decis. Ojalá lo digas en serio, pienso. 
Y no sé bien qué siento, solo sé... que hace mucho no sentía esto. Y quiero cuidar este sentimiento, antes de que se desvanezca. Antes de que pase lo que inevitablemente va a pasar, antes de que lo arruinemos, antes de que se llene de polvo, antes de que nos aburramos. Quiero cuidarnos. Quiero cuidarte. Entonces... ¿Podrías quedarte así? Quedate conmigo, al menos un rato más. Quedate, quiero que te quedes. Quiero quedarme. No te muevas ni un centímetro más, que ya sabés bien: todo esto es tan frágil, siento que cualquier viento podría hacernos desaparecer. Y ojalá que nadie sople, pero no podemos controlar el viento, es parte de la naturaleza. Y es parte de la naturaleza humana el desafecto, también.
Entonces, mientras el afecto dure, mientras tu abrazo me de calor, mientras tus besos me hagan sonreír, mientras el viento no sople, mientras tengas ganas....
"Quedate". "Quiero quedarme". 
Me abrazas. Suspiro.
"Un ratito más?" 
"Un ratito más."


(quedate todo el tiempo que quieras)

(y ojalá que quieras)

domingo, 14 de abril de 2019


porque no supiste entender a mi corazón, lo que había en él;
porque no tuviste el valor de ver quién soy;
porque no escuchas lo que está tan cerca de ti, sólo el ruido de afuera,
y yo, que estoy a un lado, desaparezco para ti...
porque sé que me espera algo mejor, alguien que sepa darme amor,
de ese que endulza la sal y hace que salga el sol.


yo, que pensé que nunca me iría de ti, que es amor, del bueno de toda la vida...
hoy entendí que no hay suficiente para los dos.


no voy a llorar y decir que no merezco esto,
porque es probable que lo merezca, pero no lo quiero,
por eso me voy


qué lástima, pero adiós,
me despido de ti...

y me voy.